Está siendo una noche larga. Una noche de esas en las que me apetece emborracharme sola. No me puedo quejar. Tengo una vida envidiable. Pero en noches como esta salen los fantasmas de sus cuevas y siento la necesidad de dejarlos hablar. Porque ¿quién no viaja a veces, o casi siempre, de la mano de lo que los demás esperan de una? La hija perfecta, la hermana perfecta, la madre perfecta,… ¿y luego qué? ¿Llegaré a los 50 sin saber quién soy? La verdad es que no tengo ni idea de quien soy. Siempre pendiente de los deseos de los demás. Me miro en el espejo y me escupiría, por imbécil, por estúpida, por falta de egoísmo.
Estoy tan cansada.
Estoy cansada de todo. Estoy cansada de mí.
Puse el perfil en esa página por despecho. La gente está mal de la cabeza. Yo la primera, desde luego. Pero jamás se me ocurriría escribir un mensaje del tipo de los que a mí me han llegado. Y el despecho… ahhh te diré. Te crees que no se. Piensas que soy una ingenua. Pero me dejas demasiado tiempo sola y yo no soy tan simple como crees. Y soy una mujer. Con necesidades de mujer. ¿Acaso piensas que no se en qué empleas tu tiempo? He perdido la cuenta de los meses que hace que no tengo un orgasmo de verdad. Porque la costumbre, la rutina, y tus putitas, te agotan tanto que no te enteras de que yo estoy desnuda a tu lado todas las noches.
Y esta noche ¿dónde estás? Sinceramente, ya me da igual. He quedado con Pablo. Me gusta como escribe. Parece sensible y cariñoso. Creo que me va a gustar. ¿Y si no le gusto yo? Bueno, tampoco pasa nada. Pero es el único que sabe, de todos con los que he hablado, que la Ópera Lakmé es de Delibes, y que Faulkner tuvo un premio nobel. No quiero más mediocridad, ni fingida ni real. No soporto la vulgaridad, y voy a tener que empezar a gritarlo para que me oigan los mediocres que se empeñan en estar cerca.
Necesito un abrazo. De esos que la hacen a una sentirse pequeñita.
Quizás Pablo sepa darlos.
Publicado por esencial en esencialsiempre.blogspot.com
